¿QUE SUCEDE?

El invierno se nos presento de repente, tal y cual a mi se me apareció en diciembre, en Santiago llego junto a Junio, obscuro como mi verano, triste como mi primavera, intenso como mi otoño. Mi largo invierno a tenido pliegues, con buenos y malos momentos. Es como cuando en Santiago se aplaude la lluvia, pues desaparece la contaminación, pero a las pocas horas lamentamos las inundaciones. Esos vaivenes invernales también se presentan en mi vida. Como si a ratos fuese una alegría, pero al cabo de un rato ya no.

En el invierno uno se viste de ropajes incómodos para capear las bajas temperaturas y la lluvia. Así, yo también me he vestido con abrigos que me quedan largos, se me ven mal y me incomodan. A veces incluso me he puesto ropas que no son mías, para abrigar más, pero no sucede. Busco esos retazos que me hacían disfrutar del invierno, esos inviernos anteriores, pero al poco andar me da pena el recuerdo y se me entumece el interior.

Que diablos pasa? No lo se... solo se que, por primera vez en mucho tiempo, espero con ansias la llegada de la primavera...