Despedidas
Últimamente me tocado presenciar y vivir muchas despedidas, y esta claro que a nadie le gustan las despedidas. Aunque, claro esta, que hay despedidas y despedidas, de las bonitas y de las otras, de esas que son un adiós y de esas que son un hasta pronto. Y yo he pasado por ambas.
La primera fue una despedida simbólica a una colega que se casa. Claro, es un modo simbólico pues la veré a vuelta de su luna de miel, como siempre, sentada a dos oficinas mio, la volveré a ver, pero ahora sera una señora, con un proyecto claro basado en dos que se vuelven uno. Bien por ellos.
También en la pega, una chica renunció. Y esta claro que sera como un adiós. Pero es bueno, pues ella esta contenta, se va a un mejor lugar, donde hará lo que a ella le gusta. Y quizás, aunque no la vuelva a ver jamas, la certeza de que se va contenta, la da a la despedida un tono de alivio. Bien por ella.
Otro que se fue de la pega, pero lo sigo viendo, por cosas laborales. Seguramente, cuando termine el pituto, no lo volveré a ver. Pero también es por su bien, una decisión que tomo sopesando (supongo) todas las aristas. Bien por él.
Pronto se vendrá otra en la oficina, quizás la que más cuesta asumir. Seguramente lo seguiré viendo, pues creo que somos amigos. Sera un hasta pronto bien regado de alcohol. Pero va a ser difícil. Es bueno trabajar con amigos, más cuando son de esos que te alegran el día, pero también se va a un mejor lugar, cuestión que me hace sentir felicidad por su éxito. Y, a pesar de que no lo veré más por la mañana, yo se que seguiremos compartiendo. Antes que compañero de trabajo es mi amigo. Insisto, sera un hasta pronto, muy pronto. Y por él si que estoy contento.
La última, quizás la más dolorosa, fue el hasta pronto que me regalo ella. Lo recuerdo perfecto, todas sus palabras, su llanto, su confusión. Sin embargo, es muy posible que el hasta pronto sea un adiós. Tanto por sus circunstacias, como por las mías, tanto por sus proyectos como los mios. Esa fue triste, de las que uno nunca quiere vivir, pero creo que era necesario. Bien por ambos.
Esta última, se parece en algo a la última escena de Manhattan, la película de Woody Allen. Con uno tratando de convencer, contradiciendose, confundido ante la incertidumbre. La otra, algo mas tránquila, con muchas mas certezas (aunque ella no lo demuestra como la actriz en la pelicula), con la clara convicción de que es lo mejor. La tranquilidad, de la actriz, viene de la convicción de que nadie cambia en 6 meses, y que volvera. Pero pasa que la gente si cambia en 6 meses, y mucho... de ahí mi intranquilidad.
A veces creo que corrí tras ella, tal como Allen lo hace en esta escena. Una corrida desesperada, una patriada en términos futbolisticos, patriada sin sentido, sin esperanzas, pues en el fondo, tanto Allen como yo sabíamos que nada lograríamos. Nadie puede cambiar decisiones a último minuto en la vida real. Por eso me gusta el final de Manhattan, pues tiente tintes reales y tintes mágicos.
Quizás logre en algun momento entender que la patriada y la despedida eran necesarias. Pero no se hasta que punto, el hasta pronto lo fue.
Los dejo con la escena, desgraciadamente esta en inglés... pero en fin.
La primera fue una despedida simbólica a una colega que se casa. Claro, es un modo simbólico pues la veré a vuelta de su luna de miel, como siempre, sentada a dos oficinas mio, la volveré a ver, pero ahora sera una señora, con un proyecto claro basado en dos que se vuelven uno. Bien por ellos.
También en la pega, una chica renunció. Y esta claro que sera como un adiós. Pero es bueno, pues ella esta contenta, se va a un mejor lugar, donde hará lo que a ella le gusta. Y quizás, aunque no la vuelva a ver jamas, la certeza de que se va contenta, la da a la despedida un tono de alivio. Bien por ella.
Otro que se fue de la pega, pero lo sigo viendo, por cosas laborales. Seguramente, cuando termine el pituto, no lo volveré a ver. Pero también es por su bien, una decisión que tomo sopesando (supongo) todas las aristas. Bien por él.
Pronto se vendrá otra en la oficina, quizás la que más cuesta asumir. Seguramente lo seguiré viendo, pues creo que somos amigos. Sera un hasta pronto bien regado de alcohol. Pero va a ser difícil. Es bueno trabajar con amigos, más cuando son de esos que te alegran el día, pero también se va a un mejor lugar, cuestión que me hace sentir felicidad por su éxito. Y, a pesar de que no lo veré más por la mañana, yo se que seguiremos compartiendo. Antes que compañero de trabajo es mi amigo. Insisto, sera un hasta pronto, muy pronto. Y por él si que estoy contento.
La última, quizás la más dolorosa, fue el hasta pronto que me regalo ella. Lo recuerdo perfecto, todas sus palabras, su llanto, su confusión. Sin embargo, es muy posible que el hasta pronto sea un adiós. Tanto por sus circunstacias, como por las mías, tanto por sus proyectos como los mios. Esa fue triste, de las que uno nunca quiere vivir, pero creo que era necesario. Bien por ambos.
Esta última, se parece en algo a la última escena de Manhattan, la película de Woody Allen. Con uno tratando de convencer, contradiciendose, confundido ante la incertidumbre. La otra, algo mas tránquila, con muchas mas certezas (aunque ella no lo demuestra como la actriz en la pelicula), con la clara convicción de que es lo mejor. La tranquilidad, de la actriz, viene de la convicción de que nadie cambia en 6 meses, y que volvera. Pero pasa que la gente si cambia en 6 meses, y mucho... de ahí mi intranquilidad.
A veces creo que corrí tras ella, tal como Allen lo hace en esta escena. Una corrida desesperada, una patriada en términos futbolisticos, patriada sin sentido, sin esperanzas, pues en el fondo, tanto Allen como yo sabíamos que nada lograríamos. Nadie puede cambiar decisiones a último minuto en la vida real. Por eso me gusta el final de Manhattan, pues tiente tintes reales y tintes mágicos.
Quizás logre en algun momento entender que la patriada y la despedida eran necesarias. Pero no se hasta que punto, el hasta pronto lo fue.
Los dejo con la escena, desgraciadamente esta en inglés... pero en fin.
¿Qué será mejor: despedirse o que se despidan? A esta altura ya no sé qué pensar. Cuando alguien en el trabajo se emociona y te dice "me voy" se apreta un poco el corazón. ¿Qué decir? Me imagino que sabiendo que se van a un lugar mejor, lo más conveniente es terminar con un "que te vaya bien, suerte". Pero eso se puede hacer así, sin remordimiento, cuando es alguien a quien no conoces mucho, cuando es alguien a quien sólo conociste -poco- en la oficina. Pero cuando un amigo (no íntimo, pero amigo al fin y al cabo) se despide, no sé qué decir. ¿Cómo decirle "quédate, las cosas mejorarán" sabiendo que no es cierto, que no hay nada que ofrecer? ¿Cómo no querer por un momento estar en su lugar e irse, libremente, a un mejor lugar? Sobretodo cuando sabemos que todo se hunde sin remedio.
Así que sólo me queda decirle "suerte, mucha suerte".
jajajaja, pero hace rato que nos hundimos, pero, de alguna forma extraña, salimos a flote, sin aire quizas, pero a flote.