Esperando...
Pasaron muchas cosas muy raras en el 2009. También dije (o escribí) muchas cosas en esta cuestión, las cuales aún leo y debo confesar que hasta el día de hoy no me avergüenzo de nada. Sin embargo, me arrepiento de un par de cosas que no hice y que quizás, solo quizás, gatillaron la lamentable cadena de idioteces sucedidas en este año. Si usted, amable contertulio, ha leído este pasquín sabe a que me refiero. Entonces llegado el 2010 uno promete cambiar. Promete no hacer (o en mi caso hacer) todo aquello que le causo problemas, sinsabores, penas, rabias y todo eso que se lleva el año viejo. Pero creo que estoy en un punto sin retorno y dudo mucho que pueda hacer algo para que nada de lo que pasó me deje de afectar.
Así las cosas, pensaba la noche de año nuevo, hay muy poco de lo que alegrarse de lo sucedido en el año, pero a la vez muy poco por lo cual esperar que lo que viene sea mejor. Lo hecho, hecho esta. Lo hecho, hecho está entonces es difícil partir de cero. Esto a pesar de que muchos y muchas me dijeron que era el camino correcto, algunos de los cuales dejaron de ser mis amigos al ver que yo, obstinado como pocos, no quería empezar de cero. Eso es no conocerme.
Entonces aquí estamos, una vez más donde mismo... esperando nada (como decía Nicole), sin muchas expectativas, lo cual es bueno hasta cierto punto.
Entropia
la nada,
la vida misma misma,
pequeñas cosas
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